La movilidad, es, ha sido y va a seguir siendo un aspecto fundamental a nivel económico, social y medioambiental. De ahí el reto que se plantea de mejorar los sistemas de movilidad para que sean más eficientes, económicos y a la vez respetuosos con el medio ambiente y la calidad de vida de las personas, en definitiva más sostenibles.
Esta gestión de la movilidad, aparte de otros muchos factores a mejorar e investigar, pasa por la electrificación de los medios de transporte como solución económica, ambiental y en consecuencia sostenible. De esta manera, se evita la excesiva dependencia del petróleo con la consiguiente inestabilidad económica que conlleva, así como las altas tasas de contaminación acústica y atmosférica que producen los medios de transporte propulsados por combustibles fósiles y que hace que en muchas ciudades se hayan tenido que tomar ocasionalmente medidas extremas de urgencia por las altísimas tasas de contaminación ambiental.
Pero el vehículo eléctrico, al igual que los vehículos propulsados por combustión, requiere ineludiblemente la disponibilidad de una fuente de suministro de energía para su recarga.
El gran reto es hacer que las fuentes de suministro estén disponibles para el cliente y, no sólo eso, sino que supongan una alternativa cómoda para el mismo en términos de accesibilidad y uso, ya que la disponibilidad de infraestructura de recarga tiene una relación directa con la electrificación del parque móvil.
La principal meta del proyecto es el diseño, fabricación y comercialización de una innovadora red de puntos de recarga rápida distribuidos por todo el territorio nacional y/o internacional, a fin de facilitar la carga rápida de un vehículo eléctrico, interconectados entre si y otorgando una lógica de comunicaciones y de servicios a cada punto de recarga.
Este proyecto tiene una duración de 28 meses y ha comenzado su ejecución en Septiembre de 2018.